Tras el éxito de crítica, su reputación poco a poco había menguado.
Lejos quedaban ya los malos tiempos y las desdichas y su gran amor ya quedó superado.
El triunfador cambiaba. Lujo, alcohol y cocaína eran los asiduos compañeros de un escritor renovado.
Era el día de la presentación de su último libro, era algo tarde y…esa puta yonqui bajo su coche había quedado.
Perplejo, abstraído...ante la delirante y demacrada chica permaneció arrodillado.
Reflejada en la fija y ausente mirada quedaba su musa. Muerta y olvidada.
Enmascarado, duro e impactante relato de una subida y caída. Hay gente no sabe digerir el éxito. Cuantos juguetes rotos.
ResponderEliminarMe ha gustado como lo has reflejado.
Un abrazo.
PD: He resuelto el caso de los comentarios perdidos que hacías en mi blog. Estaban sin saber como ni porqué en spam. Ya los coloqué donde deberían estar. Qué cosas tiene blogger
Me anima mucho que te guste Nicolas. Aunque escribo poco y a trompicones, me motiva mucho a mis años, poder crear.
ResponderEliminarGracias por esos ajustes, ya te visité con éxito.
Un abrazo.