sábado, 29 de diciembre de 2012

Agridulce Navidad





Si hay una Navidad especial fue justamente aquella, la primera que marcaba el “después de”.
Mis padres, recién separados y yo aún pequeño y tratando de encajar hechos y actos que tal vez por mi edad fueran inasumibles.
Mi padre no dejaba de recalcarme acerca de algo que yo no comprendía lo que eran, “limitaciones económicas”. Lo cierto es que hoy sé que pese a que siempre tuve de todo, ese año el “de todo” fue de inolvidable recuerdo y él se encargaría de ello. De China llegó el árbol más bonito y luminoso que nunca había visto, y tapaba a la perfección el hueco ocupado por tanta pared vacía.
Lo mejor de todo, era que tenía más tiempo para darme abrazos y estar conmigo, incluso aunque sé que a él no le gustaba mucho podíamos dormir en la misma cama acurrucaditos. Además, aunque mis escasos gustos culinarios le sacaban de quicio, siempre terminaba haciéndome postres de chocolate. Como aquella vez que nos embadurnamos la nariz, jejeje.
Nuestra gran duda era con los reyes magos ¿cómo sabrían la dirección de papá, si en cuatro meses fueron tres apartamentos? por tanto, supusimos que todo, como tantas cosas, quedaría en mi casa de mamá.
Llegó el ansiado día y despacito me levanté sin despertarlo en busca de una sorpresa que… ¡vaya sorpresa! Junto al platito vacío de las galletas para los camellos y la copita de coñac vacía que papá dejó para los reyes, un paquetito pequeño de colores que nadie había dejado ahí. Mis gritos de reclamo a papá hicieron que casi llegara volando, ya que no tardó ni medio segundo en asomar la cabeza… con su cara de estupefacción. Pese a que el papel salió fácil, mi sorpresa fue encontrar un chisme que mi padre me tuvo que decir que era un MP4, que era algo muy lol y que…tenía grabadas canciones y videos de Michael Jackson. ¿Cómo sabrían ellos la música que me gustaba?
-Este año sí que se lo han currado los reyes –me decía- al menos hasta las 5 habrán estado grabando todas esas cosas.
A mí terminó por parecerme mi mejor regalo y aunque aún no comprendía esa cara de satisfacción de mi padre cuando me preguntaban por mis regalos de reyes, yo todo contento no dejaba de repetir a nadie que entre mis regalos hubo uno especial que inexplicablemente los reyes se lo había currado montón de rato para buscar y grabar mi música favorita.
Este año, aunque vuelven las “limitaciones económicas”,  ya comprendo lo que son pero estoy seguro que su magia y mi madurez podrán con ellas.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Feliz navidad




Queridos amigos y lectores, mi falta de tiempo hace que no lleve esto como debería, pero no quería dejar escapar la ocasión para felicitaros por las fiestas. De alguna manera quiero dedicaros algo de espíritu navideño y para ello, vuelvo a usar a mi elefantito de trompa partida, que protagoniza un cuento navideño. Además, de paso he decidido presentarlo a la propuesta mensual de “Esta noche te cuento”. Sé que es algo ortodoxo para el tema, ya que la idea es contar una historia de cómo se vive la navidad infantil, pero los que nos escondemos detrás de máscaras o usamos personajes de ficción para contar verdades, temores o deseos, sabemos que es otra manera de abrir la imaginación o de recrear dentro de la fantasía un buen deseo, una buena causa. Es por ello que decido presentarlo y os invito a que lo leáis y si os gusta lo apoyéis para que se expanda como ese polvillo cargado de alegría e ilusión que la Navidad tiene y que siempre nos atrapa.
Para todos los que alguna vez decidisteis leerme, para los más fieles y para los que quieran y tengan ilusión por celebrar estas fechas, para todos, os deseo una FELIZ NAVIDAD.

La Navidad del elefantito
/Y\
oOo
oOº0ºOo
De tanto oír a los niños del lugar,
el elefantito sin trompa quiso probar.
¡Navidad! bueno tenía que ser,
ya que todos su alegría dejaba ver.
-“Solo es cosa de ilusión”, oía a los mayores,
“regalos para todos los que no han sido los peores”.
-¿Yo cómo habré sido?
¿Seré malo y por eso mi trompita se me ha partido?
Hablan de un tal “Papá Noel”,
buscaré la manera de que me encuentre… o yo a él.
Dicen que baja por chimeneas, trepa balcones y también que llega volando en trineo.
Le pediría un cencerrito, para que nadie se asuste y oiga mi tintineo.
¡Ya sé! El árbol más frondoso y bonito buscaré,
y para comer por el camino sus frutos y ricas hojas le guardaré.
Después de un arduo trabajo, que en ningún momento le pudo, por su gran expectación,
rendido a pies del árbol quedó dormidito sin saber que le llegaría su ocasión.
Entre sueños oía cascabeles, ruido de celofanes y renos que daban grandes resoplidos.
No lo podía creer, Papá Noel de blancas barbas, su regalo zarandeaba entre los más bellos sonidos.
La Navidad también premió al elefantito,
sin trompa, pero contento y orgulloso con su cencerrito.

*******************************************
************************************************
**************************************************





sábado, 22 de diciembre de 2012

Desarmando sueños




-No, claro que no queremos…-dijeron al unísono los tres reyes- llevamos mucho tiempo en esto como para admitir que nos sigan comiendo nuestro terreno, Santa.

-Si yo os contara, que fui el primero en llegar. Luego llegasteis vosotros, que aunque antes hubiera trabajo para todos, lo cierto es que poco a poco, hemos ido desapareciendo. Vale que no haya dinero para regalos, o que se use para pagar lo realmente necesario. Los niños se terminan conformando.

Al doblar la esquina quedaron todos petrificados, aquellos balcones donde otros años trepaban día tras día desde sus escaleras, ahora eran ocupados por despintadas tiras de raidos banqueros.

viernes, 7 de diciembre de 2012

Como uña y goma

Imagen tomada al azar de Google. Con todos los respetos al caballero



-Antes de que vuelva papá… deberíamos de dejarlo todo solucionado.
-Creo que fue un error dejar a solas a Franky con Cayetana. Ahora ni uno ni la otra. Sobre todo sabiendo su fijación por unas piernas femeninas.
-Desde que faltó mamá, que yo sepa, era la única que le había vuelto a sacar la alegría. Ahora…buscar a otra, tetona, con morritos, ligera de cascos…no va a ser tarea fácil, que por muy torpe que esté papá…pienso que lo notará.
-Bueeeno. Opto por recoger los trozos desperdigados de la rubia. Tú, encárgate de bajar al gato de la lámpara y trata de peinarlo.