lunes, 26 de septiembre de 2011

Madame Lacroac



Ya de niña, Susana, notó que había diferentes maneras de besar.
 Le gustaban mucho los cuentos y era por eso, que si pescaba una rana, lo intentaba de mil maneras hasta que aburrida, la dejaba escapar.
Ella era de las que pensaban que con paciencia y tesón,
en algún momento, descubriría la forma de hacerlo que le daría la razón.
Ya universitaria y con falta de dinero, descubrió un día que con sus besos y demás,
no solo lograba convertir en príncipes a los sapos, sino en sapos volverlos a dejar.
Ella que siempre fue chica lista y buena negociante,
con mucha discreción, puso de moda lo que al final llamó “la rana relajante”.
No es nada malo, ya que acompaña y eso… relaja bastante.
Desde entonces se forra y cotiza en bolsa como
“Madame Lacroac,
se la presto.
Ya me la devolverá".

domingo, 25 de septiembre de 2011

Otoñal tesoro



“Amanecer de otoño” de Antonio Machado
“Una larga carretera
entre grises peñascales,
y alguna humilde pradera
donde pacen negros toros. Zarzas, malezas, jarales.
Está la tierra mojada
por las gotas del rocío,
y la alameda dorada,
hacia la curva del río.
Tras los montes de violeta
quebrado el primer albor:
a la espalda la escopeta,
entre sus galgos agudos, caminando un cazador”.
    - o -- O -- o -
Parece un poema escrito por mí…jejeje.
Me envuelve en mi infancia, hasta recuperar matices y experiencias, vivencias y anécdotas que familiarizan con el poema encontrado.
Me contacta con la naturaleza, la vida de una inacabada ciudad.
A metros de canteras, a metros de campo, a metros de un rio que dio vida a mi ciudad.
Rio que me convierte en explorador de parajes adustos y apartados, que me traen al recuerdo la alameda de sus labios, las moreras que alimentan a mis gusanos de seda. Las vacas, que sobre mi jarrillo de aluminio  y con ese sonido tan particular, vierten sus tetas la espesa leche y que tras hervir y reposar, con dos dedos arrebatan su gruesa capa de nata. Mi madre testigo de todo, de reojillo y con una sonrisa, me autoriza a arrebatar.
Me devuelve la vida a un paraíso, viejo y ya olvidado, donde jamás encontré lo que había buscado. Paraíso ya tapado y condenado, bajo el yugo de una expansión acorde a lo socialmente necesitado.
Sustituyen polígonos, asfalto y sonidos de engendros mecánicos que un día acabaron con carrizos, cañaverales y grandes plantaciones. Campos donde furtivamente de crio con empachos de habas disfrutaba, hasta que de los guardianes perros por patas escapaba.
En otoño crecía mi charco, frente a mi portal, ese de mis altas botas katiuskas, de botas no por altas caladas de agua y barro y calcetines casi para tirar ¿quién a un chiquillo de ocho años, en plena naturaleza sana es capaz de controlar?
Charco que inmortalicé y a la vez condené. Una foto, con agua hasta las rodillas valió para espantar a  mis ranas, postergar a mi barquito de papel, descubrir lombrices y alúas que con sus brillantes alas, servían de reclamo sobre trampas, para engañar a gorriones que nunca conseguía apresar.
Mal cambio. Alquitrán, coches, espejismo de hervidero a las tres.
Ahora, con más años, en otoñal estado, persigo lo mismo. Tal vez ese árbol de los caramelos, con su celofán de colores…con sus colores alegres y animados.
Encuentro a cambio recuerdos de otro tiempo, mejor incluso que si hubiera sido soñado. Recuerdos de mi gran suerte. Recuerdos Junto a una gran alegría, tesoro de mi vida, tesoros que cualquiera desearía.
Otoño que descubres a un amigo que te respeta, que te reconoce por tu labor, como a alguien nunca valorado. Amigo que te descubre otros otoños, que antes no entendías. Dúrame siempre otoño, yo te contaré y tú paciente, me prepararás hasta el invierno.

viernes, 23 de septiembre de 2011

Anhelado y enmascarado


"Tú y yo podremos pasear juntos bajo ese cielo estrellado".
¿Quién será esta persona, tan sensible, que cada noche mi sueño roba? – se pregunta Carmen, mientras trata de encontrar sentido a su furtiva ausencia del lecho.
Mientras Román descansa, cartas de amor convierten a su pesar, esa rutina amorosa en vuelcos a su corazón, hambriento de recibir amor, cariño…palabras bonitas empapan su vida de nerviosa alegría, haciendo de cada día un brote de ilusión.
 Al otro lado de la pantalla recibe respuesta:
“Soy tu expectativa, que encuentra el deseo, soy quien mima a un lado y al otro de la venda de tus ojos, soy tu olvidada  y enmascarada fantasía”.

jueves, 22 de septiembre de 2011

El último "bestseller"


Tras el éxito de crítica, su reputación poco a poco había menguado.
Lejos quedaban ya los malos tiempos y las desdichas y su gran amor ya quedó superado.
El triunfador cambiaba. Lujo, alcohol y cocaína eran los asiduos compañeros de un escritor renovado.
Era el día de la presentación de su último libro, era algo tarde y…esa puta yonqui bajo su coche había quedado.
Perplejo, abstraído...ante la delirante y demacrada chica permaneció arrodillado.
Reflejada en la fija  y ausente mirada quedaba su musa. Muerta y olvidada.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

El cerdo bien aprovechado


-“Con lo que le saquemos a este cerdo, nos podríamos permitir ese viajecito que siempre hemos soñado”.
Le decía el granjero a sus dos hijos con tono emocionado.
Al cabo de los tres meses, el inocente gorrino, lucía pesado y bien atiborrado.
-“Creo que ya podemos sacrificar al puerco, se acercan las fechas y ya  está lo suficientemente cebado”.
Con un buen martillo y de un golpe entre las orejas, le habían dicho que todo quedaba rápidamente finiquitado.
Tuvo que andar raudo el pequeño para desviar al cochino del fatal golpe de su verdugo entusiasmado.
Con dos dedos, y de un fuerte tirón en la panza, el animal expulsó todo lo ahorrado.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Rebelión en la granja (the rimeik)


Lo que tenía que pasar, pasó y de ésta no se libraba ya ni la granja.
…¿Cómo no iban a tener su “reality show”?
A la granja como menos no podía ser, también afectó, y las discusiones comenzaron a ser de lo más normal.
Y es que desde que los zorros se metieron a políticos, ya ni acudían y el tedio sucumbió.
Afectar, lo que es afectar…hasta las gallinas ya trasnochan.
Pero escuchemos, escuchemos un poquito:
-“Estoy ya hasta la cresta de tanto cerdo”.
-“Pues anda que tú, que el gallito de tu marido tiene ya más cuernos que la vaca”.
-“Mira quien vino a hablar, háztelo mirar que estás peor que la cabra” –dijo la vaca.
-“Pero si a ti te miran desde que te has operado las tetas, so vacaburra”.
“Ya tuvo que hablar el pavo, siempre tan estirado, ¡hombre!”.
“Oye, ¿y de los conejos que sabes?, que siempre están liados y no salen nunca”.
…Y así, de esta manera, dale que te pego y cada uno a lo suyo, los días corrían.
Excepto los fines de semana. Para no variar, se anteponían los programas de misterio, y detectivescos, donde las gallinas cacareaban, encolerizadas preguntando por sus huevos, o algún lechoncillo pasado de kilos desaparecía.
Desde la KKRO… E M Ascarado

lunes, 12 de septiembre de 2011

El pozo animado


Nunca la alegre princesa imaginó que su gozo volvería a caer en un pozo, pero como todas las anteriores, cayó.
-Eres tú, la persona por la que toda mi vida había esperado –le dijo al besar al sapo Merlín.
 Al cabo de unos instantes, un ruido insoportable del pozo de su patio salía. Al menos  mil ranas croaban sin parar.
El mago, enfadado y engañado por la besucona princesita,  a escuchar la respuesta de sus principes la había conjurado.
Desde el camino, lleno de ranas que se habían congregado, a su pozo, todas habían saltado.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Pedro nuestro que estás en los cielos


Muy amado por ellas y muy perseguido por ellos, a Pedro de la Cosa le llegó su hora. En su lecho y sin más indicado confesor que un servidor, relajó todas sus culpas y favores compartidos.
De tanta grandeza  y calado quedó su “nobleza” que impactado, a sus compungidas fieles les construí  su propia iglesia.
Tras un sentido pedronuestro y una vez predicada su palabra, terminamos comulgandonos las penas en su nombre.
Y dándonos las gracias, hasta otra misa nos despedimos.