martes, 29 de noviembre de 2011

Alado e ilustrado

Texto inspirado en dibujo de Sara Lew, de Microrelatos Ilustrados

No es casualidad que Gina fuera lectora empedernida,
ya que desde que se abrió su larva, se encontró en las tapas duras de “La Celestina”.
Condicionar…hombre, lo que es condicionar no sé, pero algo de ello sí que  la mantuvo siempre un tanto inspirada y con hambre de devorar libros por cualquier esquina.
Prefería los clásicos, que aunque tal vez estaban algo olvidados,
 con toda su paciencia, lograba encontrar sin prisas la más sabrosa esencia.
En su época de gusano tomo formación hasta hartarse con lecturas de la caida del imperio romano.
En otros aspectos, era igual que cualquiera,
y tras instruirse leyendo a Andersen, buscó su transformación.
Para tejer su capullo eligió retirarse a casa de Gabo,  entre soledades y demás rica información.
Hasta que el día llegó, y aunque alada y estilizada, en polilla se convirtió.
Altiva y orgullosa, siempre se creyó...culta y honrada mariposa.

lunes, 28 de noviembre de 2011

...Que me zurzan


Revisando mis costuras,
encontré un zurcido...
mostraba con orgullo
buena parte de lo que fui
y de eso que quise haber sido.
No hay renuncio en mi,
aún con rotos, taras y harapos,
forman mis principios,
cubren y ornamentan mis creencias...
campan libres, sabiendo que eres mi recompensa.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Botín en batín



Tras sus largas contiendas de al menos un par de horas, Marcos volvía a casa cargado de príncipes rehenes.
Margarita, pacientemente, siempre era la encargada de demostrar la realeza de sus capturas.

sábado, 19 de noviembre de 2011

El coleccionista

        

PROPUESTA DE MICRO A PARTIR DE ANUNCIO CLASIFICADO DEL BLOG "BREVEDADES"

Destripado por Nicolás Jarque, una vez cosido y reparado, quedó en este estado:


Casualmente, el misterio que rodeaba la desaparición de varias señoras, encontró un punto común. Sobre todos había una coincidencia: a todas les gustaba el baile y en algún momento habían estado en la “Sala Venus”.
Tras la desaparición de la señora Estrella del Sol, el Inspector Luna comenzó a sospechar este hecho. No sabía por dónde comenzar a actuar y como cuestiones de azar, encontró un anuncio que le puso en la pista de Don Saturno.
Cuando pasó a visitarlo, encontró a un galán de vieja escuela, arrugado y quemado por exceso de sol, pero ágil como una estrella fugaz. Viejo y sabio, pero a fin de cuentas senil y algo pirado.
Sobre la repisa, junto a la ventana, exhibía una curiosa colección de muñecas embotelladas. Entre sus muñequitas flotantes, había unas de aspecto más joven y otras maduritas; contaba hasta quince. Curiosamente, cada una por su aspecto y pose, representaba un baile.
Le comentó que el baile era su vida, y acerca de sus parejas, siempre se quedó con las mejores.
Al reparar en la foto del portarretratos, explicó al Inspector Luna:
“Fui antropólogo de profesión. Anduve buena parte de mi vida perdido entre tribus africanas. Estos que posan conmigo son jíbaros...se pueden aprender tantas cosas de ellos”.

Alguna diferencia sí que hay respecto a su anterior estado:


Lo misterioso de algunas desapariciones era la casualidad, algo común que coincidía en todas las señoras “ausentes”: a todas les gustaba el baile y en algún momento habían estado en la Sala Venus.
Tras la desaparición de la señora Estrella  del Sol, el Inspector Luna comenzó a sospechar este hecho. No sabía por dónde comenzar a actuar y como cosas de azar, encontró un anuncio que le puso en la pista de Don Saturno.
Cuando pasó a visitarlo, encontró a un galán de vieja escuela, arrugado y quemado por exceso de sol, pero ágil como una estrella fugaz. Viejo y sabio, pero a fin de cuentas senil y algo pirado.
Sobre la repisa, junto a la ventana, exhibía una curiosa colección de muñecas embotelladas. Entre sus muñequitas flotantes, unas de aspecto más joven y otras más maduritas, contaba hasta quince. Curiosamente, cada una por su aspecto y pose, representaba un baile.
Le comentó que el baile era su vida, y acerca de sus parejas, siempre se quedó con las mejores.
Al reparar en la foto del portarretratos, explicó a Luna:
“Fui antropólogo de profesión. Anduve buena parte de mi vida perdido entre tribus africanas. Estos que posan conmigo son jíbaros...se pueden aprender tantas cosas de ellos”.