viernes, 26 de agosto de 2011

Tu destino lo decido yo



-Te ruego, por favor, que me liberes, que me dejes tranquilo, que no pienses más en mí.
-Bueno, eso lo decido yo. ¡Ahora mismo vienes aquí y te vas desnudando! ...Pero despacito, como sabes que a mí me gusta.
- Lo tuyo es totalmente enfermizo y yo no estoy preparado para esto. Además eres un cacho maricón. ¿Por qué no elegiste a otro que al menos le gustaras?
- Te callas y te pones a cuatro patas a la orden de ¡ya! Eres mi amante imaginario y...me encanta que seas así.

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