miércoles, 24 de agosto de 2011

Fábula del gusano con presbicia



Se me posó en el brazo mientras paseaba absorto disfrutando de las delicias de aquel jardín. Durante unos segundos, mantuve inmóvil la postura para no provocar el temor y la huida, lo propio era generar la hospitalidad necesaria para sacar partido a la situación.
A simple vista, reconocía unos ojos que buscaban complicidad, y en estos veía un “…como estás, gusano”- No todos los días se te acerca una bella mariposa para piropearte-.
Me bastó con tomar mis gafas de cerca para soltarle tremendo sopapo. El extraño pajarraco, babeaba con ojos de deseo.
MORALEJA: hay muchos tipos de gusano apetitosos.

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